Sunday, May 5, 2013

Tips para elegir muebles para niños


| Editorial Metroscubicos
Segunda parte
Actualmente, el diseño y eficiencia de los muebles para niños va más allá de lo estético. A pesar de que la oferta aún es poca, el mobiliario infantil está siendo reconsiderado en función de todos los usos que puede tener, con modelos que en muchas ocasiones son concebidos con un alto valor pedagógico.
Lucía Lañado Moedano, pedagoga especializada en Desarrollo Infantil por la Universidad Panamericana, señaló que los muebles influyen en el aprendizaje. "El mobiliario infantil debe tener características específicas para lograr que los niños se concentren en sus tareas escolares, por ejemplo".
"Es conveniente que las sillas sean de su tamaño, que les permitan poner los pies en el suelo y quedar recargados, mientras que el tamaño y altura de la mesa de trabajo debe ir de acuerdo a su estatura, tomando como referencia la longitud del antebrazo", recomienda.
La especialista señaló que a la hora de elegir una mesa para estudiar, hacer trabajos manuales o jugar, vale la pena elegir aquellas que puedan manipularse y ganar altura conforme crece el niño. Una buena recomendación son las mesas tubulares, ya que pueden adaptarse a diferentes medidas.
Entre las marcas de muebles infantiles que manejan modelos integrales está Scandinavia Mobler, que ofrece diseños europeos de diseño contemporáneo y estructuras integrales donde, por ejemplo, camas-literas están incluidas a un escritorio, cajoneras y un taburete.
Espacio propio
"Es importante que los niños tengan un espacio propio. No tiene que ser un área grande, puede ser una esquina, su recámara, el área de juegos o un pequeño rincón que considere su 'cueva', con muebles que considere como propios", expone la experta.
Cuando esto sucede se propicia el orden y el niño aprenderá a respetar su espacio y el de otros. De ahí la conveniencia de invertir en muebles ligeros como cajones de tela, cartón, mimbre o plástico, que pueden ser desarmables o modulares.
Sin embargo, Lañado Moedano discrepa cuando la recámara de un niño está saturada de muebles o artículos colgantes. Explica que demasiados estímulos a la vez confunden al niño y el exceso de mobiliario limita su espacio. Un mueble bien diseñado se adapta a los espacios pequeños o se puede colocar en un rincón sin perder utilidad, dejando lugar suficiente para las actividades del menor.
Los muebles también inciden en la autonomía del niño. Un mueble que permite una fácil apertura de muebles o cajones favorece la ubicación espacial. En este sentido, la experta reconoce que los espacios chicos no están peleados con el orden.
El mobiliario debe cumplir su objetivo
Diseño, material, durabilidad y seguridad son características básicas en un mueble para niños. Pero lo más importante es que cumpla el objetivo que persigue. Si un niño juega en su cama no asocia que ésta es para descansar. La cama no está diseñada para jugar sino para descansar. De ahí la necesidad de incluir los muebles suficientes, sobre todo cuando no hay un lugar especial para tener un área de juegos.
Si bien ya comentamos sobre el diseño y los materiales, vale la pena pensar en el aspecto de la seguridad. A medida que el niño crece tiende a darle un trato más rudo a las cosas. Si bien un mueble debe ser resistente, "el niño debe aprender a respetar", dice la especialista. Para lo cual recomienda el uso de materiales aglomerados reutilizables como los de MACISA.
Colores, un distintivo de aprendizaje
Los colores en los muebles también inciden sobre el comportamiento infantil, ya que los tonos fuertes incitan a la actividad, mientras que los neutros estimulan el aprendizaje por su efecto diferenciador, además de que contribuyen a que haya más orden. Por ejemplo, cuando el pequeño asocia que ciertos juguetes van en un cajón de determinado color.
Aunque en pequeña escala, en México también se han dado modas en cuestión de los colores de los muebles. Mientras que en años anteriores predominaba la madera clara o natural, ahora con las tendencias ecologistas hay más mobiliario de maderas aglomeradas pintados de colores claros.
Aunque en algunas revistas extranjeras vemos estantes para libros a rayas o con puntos, así como mobiliario en colores terracota, naranja o azul marino, generalmente son diseños particulares que las personas mandan a pintar acorde con la decoración.
"El diseño industrial no está peleado con la pedagogía, el problema es que no hay suficiente comunicación", sostuvo la investigadora tras insistir en que si son muebles que el niño puede manipular es más fácil que se vuelva independiente y cuide su propio espacio.
En cuanto a los costos, los muebles para niños son un poco más caros, pero mucha gente prefiere pagarlos porque se trata de la seguridad de sus hijos. Por ejemplo, la distancia entre los barrotes de la cuna ha sido un argumento de venta, que garantiza que su pequeña cabeza no quepa y así evitar accidentes. Un mueble bien diseñado es aquel que cumple su objetivo y si se adapta al crecimiento del menor, pero casi siempre costará un poco más.

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