29 de Abril del 2013 | Editorial Metroscubicos
Si te has preguntado cuál es el color ideal para la decoración del cuarto de tus hijos, es importante que conozcas algunos de sus efectos, así como la forma en que ellos lo perciben.
En términos generales, los niños viven tres etapas de percepción del color: cuando son recién nacidos, cuando son menores de 5 años y en la edad preescolar. Al principio, los bebés no perciben todos los colores sólo aquellos de mayor contraste, a los tres meses comienzan a distinguir los más brillantes. Para ellos se recomiendan tonos neutros o claros.
Entre los 3 y 5 años de edad, diferencian los colores y empiezan a sentir sus efectos. Sus favoritos tienden a ser los más llamativos. En la etapa preescolar expresan abiertamente su predilección y es el momento de idear una decoración que le brinde armonía y estimule su actividad mental. Consulta nuestra guía para tomar la mejor decisión.
El efecto del color en los niños
Rojo: Atrae la visión al instante y estimula la acción. Se recomienda en ambientes, juguetes y ropa pues genera energía, da vitalidad y combate la depresión. No es recomendable utilizarlo en habitaciones de niños hiperactivos o agresivos, ni en espacios donde es necesaria la concentración.
Azul: Crea un efecto calmante y tranquilizador, ayuda a conciliar el sueño y produce sensación de armonía. En tono pastel, baja los niveles de estrés y relaja a los chicos. Evita tonos intensos y si los utilizas, combínalos con blanco.
Amarillo: Es un color activo, optimista y estimulante. Despierta la actividad mental y por ello es buena opción para habitaciones de niños con poca concentración. Usa el tono pastel para estimular la actividad intelectual en pequeños con problemas de aprendizaje o fatiga mental. Puedes utilizar moderadamente el color brillante para imprimir alegría.
Naranja: Inspira vitalidad, alegría y felicidad. Las tonalidades suaves expresan calidez, estimulan el apetito y la comunicación, mientras que las tonalidades más brillantes incitan a la diversión y la alegría. Puede usarse para el cuarto de juego de los niños combinado con colores neutros pues estimular el aprendizaje y un buen estado de ánimo.
Verde: Fomenta la armonía y posee una influencia calmante sobre el sistema nervioso. Puede usarse en la recámara y los lugares destinados al descanso de tu hijo gracias a que inspira equilibrio, también es apto para combinarse en la habitación de los bebés.
Rosa: Genera calma, relajación y afecto. Se asocia con dulzura, delicadeza, bondad, ternura y buenos sentimientos. Las combinaciones más populares son rosa y blanco, rosa y turquesas o rosa y lila.
Violeta, púrpura o lila: Dan la sensación de paz y van bien en las recámaras de las niñas, puedes usar lila y morado o hasta blanco, azul y rosa.
Colores neutros: También fomentan la tranquilidad y la quietud, por lo que son ideales para la paz y el descanso de los pequeños. Para darle acentos de color, integra detalles en verde, azul, lila o rosa.
Blanco: Estimula la actividad intelectual y favorece la imaginación, por ello es recomendable para cuartos de niños pequeños.
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