Consejos para elegir un buen colchón
12 de Marzo del 2013 | Editorial Metroscubicos
Un tercio de nuestra vida transcurre en la cama. Algo tan importante como el sueño no es tan sólo una cuestión de cantidad, sino también de calidad. De nada sirve dormir ocho horas si un colchón demasiado blando impide un descanso óptimo.
Un buen día depende de una noche reparadora, y ésta de un buen equipo de descanso. Al elegir los componentes de la cama (colchón, almohada, base) debes tomar todo el tiempo necesario y no dudes en probarlos en la misma tienda antes de decidirte por algún modelo. Compara precios –las diferencias son notables- pero no escatimes en la compra: considere este gasto como una inversión en salud.
Tal vez esos dolores musculares repentinos se deban a que no has prestado atención a las condiciones de tu colchón. Si este es tu caso y estas listo para cambiarlo debes conocer un poco sobre los diversos tipos de colchones que existen en el mercado y el mantenimiento que requieren.
El colchón debe cambiarse cada 10 años
Ten en cuenta la elasticidad puntual del colchón: la base debe ceder sin excesos bajo las partes con más peso del cuerpo (hombros y pelvis), ofreciendo a la vez un soporte firme para las zonas menos pesadas.
Un colchón nuevo sobre una base vieja se estropea antes, lo más recomendable es renovar el equipo de descanso completo.
Adquiere un colchón firme y recto (ni blando ni duro), suficientemente mullido como para que se adapte a las curvas de la columna. Un buen colchón es el que presta apoyo a toda la columna cuando se está acostado boca arriba.
Los colchones de látex, más caros y duraderos, contienen millones de pequeños agujeros que permiten que el cuerpo transpire. Se adaptan a los movimientos que se hacen al dormir, pero sin perder la firmeza necesaria para un buen descanso. Además, son hipoalergénicos y resistentes tanto al polvo como a la suciedad. Resultan la mejor elección para personas que sudan mucho o que están enfermas y deben pasar largo tiempo en la cama. Son más duraderos que los colchones de resortes.
Los colchones de resortes ofrecen distintos grados de firmeza según el refuerzo de los resortes. Ofrecen un adecuado aislamiento térmico y su elasticidad es muy buena, ya que cada resorte se encuentra en una bolsa independiente. Son los más vendidos.
El grosor ideal del colchón es de 15 centímetros como mínimo; el largo, 10 centímetros más que la altura de quien dormirá en él y la anchura mínima recomendada, 80 centímetros para una cama individual y 135 centímetros para una doble.
Es conveniente cambiar el colchón cada 10 años, ya que pasado este tiempo no se puede garantizar que continúe en buen estado. No obstante, puede usarse más años si se mantiene en buen estado. Se debe dar la vuelta al colchón cada tres meses (girarlo arriba y abajo, y de la cabeza a los pies) independientemente cual sea el modelo, evitando así que el colchón se deforme en cualquiera de sus lados.
Compara los años de garantía que ofrece cada fabricante. Ten en cuenta que se trata de un gasto importante y de un artículo que debe durar al menos una década.
Para obtener un óptimo rendimiento del colchón en cuanto al confort y duración del mismo, resulta imprescindible que elijas la base con sumo cuidado. La regla de oro es que ésta sea firme y uniforme. Opta por una base de láminas rígidas o semirrígidas, con espacios libres que permitan una buena ventilación.
Mantenimiento y limpieza
La limpieza y mantenimiento de los colchones son puntos importantes que no podemos olvidar, ya que se tratan de piezas que están en contacto directo con el cuerpo humano.
Por ello que hay que poner en práctica una serie de pasos básicos para lograr que los colchones se mantengan como el primer día.
Lo más recomendable es airearlo ocasionalmente y girarlo para evitar su deformación, aunque también es conveniente realizar su limpieza empleando el aspirador periódicamente, como mínimo una vez al mes, para retirar y eliminar los restos de ácaros y de polvo.
Por otro lado, con el fin de evitar que los olores se adhieran al colchón, un truco muy efectivo consiste en empapar la pieza un poco y es polvorearlo con bicarbonato, el cual funciona como un infalible desodorante natural. Se dejará secar durante un rato, para luego eliminarlo con la aspiradora.
Si el colchón en cuestión presenta alguna mancha, la solución más acertada para quitarla reside en aplicar una pasta, a base de agua y almidón, sobre la zona de la mancha. Dicha pista se frotará hasta que penetre en el propio colchón y se dejará secar. Más tarde, con un cepillo se podrán retirar los posibles restos.
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