Verenice Peraza
noroeste.com
17-03-2015
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Con cámara en mano para captar el momento, turistas observan a un clavadista tirarse desde varios metros de altura.
Fotografía: Noroeste / Jorge Niebla. | |
MAZATLÁN._ Venir a Mazatlán y no disfrutar del espectáculo que ofrecen los clavadistas de la Glorieta Rodolfo Sánchez Taboada, en Olas Altas, es como no haber venido a este destino, pues forma parte de la tradición mazatleca.
Y es que en caída libre, en un viaje de 15 metros, jóvenes clavadistas ofrecen lo que mejor saben hacer: echarse al mar y salir ilesos.
Ellos, los clavadistas de la Sánchez Taboada, desafían los vientos, la distancia, las olas y las rocas, logrando su cometido de divertir y sorprender a los visitantes, quienes les toman incontables fotografías para el recuerdo.
"Es muy bueno venir a Mazatlán y ver a ellos lanzarse al mar, son muy fuertes", expresó William Parker, de origen estadounidense.
Aunque la Semana Santa y la Pascua son periodos donde la Sánchez Taboada se convierte en uno de los puntos de reunión más visitados entre los atractivos turísticos, desde que se abrió la nueva autopista Mazatlán-Durango, los fines de semana largos y normales también son buenos.
Y no sólo a los clavadistas les va bien, sino también a los vendedores de artesanías, recuerdos y ropa de playa.
Aunque sin lugar a dudas los que mejor venden son quienes ofrecen alimentos como cocos, elotes, salchi-rollos, nachos y toda clase de antojitos que calman el hambre.
"La verdad es que fue un buen fin de semana largo, estamos muy bien en ventas y ya viene Semana Santa, nos estamos preparando para ello con mercancía y como familia, ya que le entramos todos al trabajo (toda la familia)", agregó Rosario López.
En este punto de la ciudad un coco cuesta 25 pesos, aunque son los 25 pesos mejor gastados de una persona, según don José Ávalos, quien vende estos frutos en la zona desde hace más de 15 años.
"Se le da su coco tierno, medio o durito, como lo pida la gente, ahorita es temporada de coco, así que podemos darle a escoger al cliente cómo lo quiere, se toman su agua bien heladita para el calor, y luego se comen la carne con mucho chile y limón, o con pura sal, según el gusto", dijo.
Los vendedores de la Sánchez Taboada abren sus puestos desde las 10:00 horas y laboran más de 12 horas en periodos de bonanza, como el que ahora se vive el puerto.
Y es que en caída libre, en un viaje de 15 metros, jóvenes clavadistas ofrecen lo que mejor saben hacer: echarse al mar y salir ilesos.
Ellos, los clavadistas de la Sánchez Taboada, desafían los vientos, la distancia, las olas y las rocas, logrando su cometido de divertir y sorprender a los visitantes, quienes les toman incontables fotografías para el recuerdo.
"Es muy bueno venir a Mazatlán y ver a ellos lanzarse al mar, son muy fuertes", expresó William Parker, de origen estadounidense.
Aunque la Semana Santa y la Pascua son periodos donde la Sánchez Taboada se convierte en uno de los puntos de reunión más visitados entre los atractivos turísticos, desde que se abrió la nueva autopista Mazatlán-Durango, los fines de semana largos y normales también son buenos.
Y no sólo a los clavadistas les va bien, sino también a los vendedores de artesanías, recuerdos y ropa de playa.
Aunque sin lugar a dudas los que mejor venden son quienes ofrecen alimentos como cocos, elotes, salchi-rollos, nachos y toda clase de antojitos que calman el hambre.
"La verdad es que fue un buen fin de semana largo, estamos muy bien en ventas y ya viene Semana Santa, nos estamos preparando para ello con mercancía y como familia, ya que le entramos todos al trabajo (toda la familia)", agregó Rosario López.
En este punto de la ciudad un coco cuesta 25 pesos, aunque son los 25 pesos mejor gastados de una persona, según don José Ávalos, quien vende estos frutos en la zona desde hace más de 15 años.
"Se le da su coco tierno, medio o durito, como lo pida la gente, ahorita es temporada de coco, así que podemos darle a escoger al cliente cómo lo quiere, se toman su agua bien heladita para el calor, y luego se comen la carne con mucho chile y limón, o con pura sal, según el gusto", dijo.
Los vendedores de la Sánchez Taboada abren sus puestos desde las 10:00 horas y laboran más de 12 horas en periodos de bonanza, como el que ahora se vive el puerto.
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